Hasta el día de hoy es Sultan Kosen, nombrado en Londres por el Libro Guinness de los récords con 2,47 metros (también han nombrado al más pequeñito del Mundo). Tiene 27 años, es turco y fue jugador de baloncesto hasta que una lesión de espalda le obligó a retirarse.
Su estatura se la debe a un tumor en la gándula pituitaria que le hizo crecer de manera desmesurada a partir de los diez años. Y hasta hace un año no se lo extirparon, momento en el cual, dejó de crecer de manera desmesurada.
También es poseedor del récord a las manos (27,5 cm) y los pies (36,5 cm) más grandes del planeta y cuando se le pregunta por su estatua bromea "lo bueno de ser tan alto es que puedo ver a la gente desde muy lejos y puedo cambiar fácilmente las bombillas y descolgar las cortinas". No se nos hubieran ocurrido mejores cosas que hacer con esa estatura...
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