No os creáis que los icebergs pasan sus días ahí fríos, aburridos, esperando a que algo pase: un barco, un par de osos polares retozando o sufrir el efecto invernadero. No. Los icebergs también quieren pasarlo bien y a este que aparece en las imágenes, no se le ocurrió nada mejor que sacar a flote lo que tenía escondido y esconder lo que estaba a flote.
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