Hay gente que no sabe reconocer sus faltas o su falta de virtudes. Pero se empeñan en que son buenos en ello. Si ello implica jugar con la vida de otras personas, deja de tener gracia. Aquí tenemos a uno de los peores lanzadores de cuchillos que se atrevió a presentarse en la TV lituana, cortando a su ayudante en la cabeza y en la mano. Pobrecito.
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